Tenemos el plan perfecto para los aficionados a las series masculinas, con algo de violencia y un líder carismático
Sabemos como te sientes. John Dutton y sus cabroncetes hijos se han convertido en tu vicio televisivo, los ranchos de caballos son tu sueño frustrado y la Montana profunda ha subido puestos en tu lista de viajes que nunca harás. El poder de Yellowstone, sus traiciones, sus venganzas y sus alianzas, es irresistible, pero en España nos hemos tenido que conformar de momento con dos temporadas. Y como no sabemos cuándo podremos ver la tercera, ni cuando se estrena en Estados Unidos la cuarta, hemos querido traer aquí 5 series que te van a gustar si te has enganchado a la producción protagonizada por Kevin Costner.
Porque series rebosantes de testosterona, lideradas por un patriarca de moralidad dudosa pero que se preocupa por su familia y trata de preservar sus negocios las ha habido siempre, solo cambia el paisaje, el nivel de crueldad o incluso la época histórica. Y con estas cinco que puedes amenizar la espera hasta que la familia más conocida del oeste regrese a nuestras pantallas.
‘Hijos de la anarquía’
Jax Teller en realidad no encarna al patriarca como tal, pero sí monta a caballo. A los muchos caballos que mueven su moto, el nexo de unión de todos los hombres que forman parte de su club de peligrosos moteros que se mueven por California y que da nombre a la serie. Compuesta por siete temporadas y 92 episodios, esta producción de Kurt Sutter se centra en el joven Teller, el vicepresidente del club que además de pasearse con sus vistosas Harley Davidson controlan el pueblo de Charming a base de extorsiones, sobornos y tráfico de armas. Pero también trabajan para mantener a raya a los traficantes de drogas, dedicaciones que les granjean un buen número de enemigos pero que también tendrán consecuencias para los integrantes del propio grupo.
Con Charlie Hunnam (The Gentlemen) en el papel principal, en el reparto de Hijos de la anarquía (disponible ahora en Disney+ Star) también encontramos rostros conocidos como Ron Perlman (The Capture) o Tommy Flanagan (Westworld). Y, como es habitual en este tipo de producciones, la presencia femenina es escasa pero potente, con Katey Sagal (Matrimonio con hijos) encarnando a la madre de Teller y esposa de Perlman. La serie es un cóctel en el que la violencia es más explícita que en Yellowstone, porque los traficantes son más impredecibles y peligrosos que los políticos, pero en el que las amenazas que acechan a esta particular familia no dejan de estar presentes ni un solo capítulo.
‘Vikingos’
Muchos siglos antes de que John Dutton luchase por mantener a flote su legado familiar, el vikingo Ragnar Lodbrok comenzó su linaje en territorio sueco y dio origen a conocidas leyendas vikingas en las que Michael Hirst se inspiró para crear esta exitosa producción. A lo largo de sus seis temporadas Vikingos narra las ambiciones territoriales de Ragnar, que lejos de conformarse con saquear los pueblos vecinos se embarca en difíciles aventuras que le llevan, entre otros lugares, a Inglaterra. Este empeño conquistador llega acompañado por las luchas internas que se viven en el pueblo que lidera, sus problemas familiares y las consecuencias que para todos ellos tiene su inabarcable ambición.
Travis Fimmel (Raised by the Wolves) encarna al conocido vikingo, al que acompañan Clive Standen (Mirage) en el papel de su hermano Rollo o Gustaf Skarsgard (Westworld) como Floki, un peculiar constructor de barcos. Katheryn Winnick (Big Sky) es la encargada de interpretar a su esposa Lagertha, probablemente la más valiente y luchadora de las mujeres de esta selección, que cuando llega el momento de enfrentarse al enemigo no duda en empuñar su espada y lanzarse a la batalla.
‘Peaky Blinders’
El pub Garrison es el centro de operaciones de los Shelby, una familia de mafiosos irlandeses de origen gitano que a comienzos del siglo XX eran una de las bandas más conocidas de la localidad inglesa de Birmingham. Su líder es Thommy Shelby, un veterano de la I Guerra Mundial que se convierte en el quebradero de cabeza de la policía local por el poder de su organización criminal. Apuestas ilegales, tráfico de armas, ajustes de cuentas y robos al mismísimo gobierno son algunas de las fechorías de esta peligrosa banda que trabaja, especialmente, para satisfacer la inabarcable ambición de su líder. Nos ofrece la visión más violenta y peligrosa de la Inglaterra de entreguerras de la mano de una banda que existió en realidad y que se caracterizaba por las cuchillas de afeitar que llevaban en sus gorras y con las que herían a todo el que se pusiera por delante.
Cillian Murphy (28 días) es el responsable de interpretar a Tommy, uno de los mafiosos televisivos más admirados de los últimos años, mientras que Joe Cole (Gangs of London), Sophie Rundle (Gentleman Jack) y Paul Anderson encarnan a sus hermanos John, Ada y Arthur. La figura matriarcal que lucha por mantener unida a la familia llega de la mano de Helen McCrory (Penny Dreadful) en el papel de la tía Polly, otra mujer de armas tomar que, sin embargo, será capaz de mantener la cabeza fría en los momentos más difíciles.
‘Los Soprano’
No es posible hablar de series centradas en grupos de hombres que se mueven en la delincuencia a las órdenes de un líder natural sin incluir a los Soprano. Porque más allá de los problemas psicológicos de Tony y sus crisis vitales, esta producción de HBO fue la primera serie del siglo XXI que llevó a la pantalla la difícil combinación de vida familiar y criminal con los intereses económicos como una de las principales preocupaciones. Ambientada en Nueva Jersey, la producción de David Chase nació como una película en la que un mafioso tenía problemas con su madre. Y se terminó convirtiendo en una de las mejores series de la historia a base de desmitificar la figura del gánster que durante décadas había elevado el cine. Porque Tony Soprano tenía que hacer equilibrios para liderar sus dos familias, la mafiosa y la propia, mientras se enfrentaba a sus enemigos, pero también a su propia psique.
El gran James Gandolfini encarnó a este líder imperfecto, con nombres como Michael Imperioli (Mad Dogs), Tony Sirico (Uno de los nuestros) o Steve Van Zandt (Lilyhammer) interpretando a algunos de sus esbirros. Nancy Marchand se puso en la piel su madre Livia y fue uno de los personajes femeninos más potentes pero tras su muerte el peso recayó en Edie Falco (Nurse Jackie), que daba vida a su mujer Carmela.
‘Breaking Bad’
A Walter White no le acompañaba un nutrido grupo de hombres, pero tampoco le hacía falta. Porque este profesor de química metido a traficante de metanfetamina tenía la suficiente motivación como para mantener a raya a sus enemigos, sin necesidad de formar una banda que lo protegiese. Y con el joven, y exalumno, Jesse Pinkman se bastaba para levantar y mantener uno de los imperios de la droga más potentes de Nuevo México. Porque un buen día, cuando descubrió que sufría un cáncer terminal que iba a acabar con su vida antes de lo previsto, Walter White decidió que necesitaba ahorrar el suficiente dinero para que a su mujer y a su hijo discapacitado no les faltase de nada cuando él no estuviese. Y la metanfetamina se convirtió en una mina de oro que no duda en explotar tanto como le es posible, sin preocuparse por los señores de la droga a los que les roba clientes o por los agentes de la DEA, entre los que se encuentra su propio cuñado.
Bryan Cranston (Your Honor) fue el encargado de interpretar a White creando un personaje que no tardó en convertirse en un mito gracias a su excelente trabajo. Junto a él (casi) siempre estaba Aaron Paul (Westworld) en el papel de Pinkman, mientras que Giancarlo Esposito (The Mandalorian) y Jonathan Banks (La Ley de Comey) encarnaron a dos de las amenazas más potentes contra las que tuvo que luchar. Por su parte, Anna Gunn (Deadwood) dio vida a su esposa Skyler, un personaje tan fuerte y valiente que se granjeó (injustamente) las antipatías de los fans de la producción.
Y si todavía eres de los que no conoces este maravilloso universo, tras disfrutarlo puedes continuar con su spin-off, Better Call Saul. Que puede no ser tan familiar y patriarcal, pero que merece tanto tu atención como la original.