Los herederos del diseñador se oponen a este biopic
Hay biopics que cuentan con el beneplácito del personaje retratado o su familia (es el caso, por ejemplo, de Luis Miguel. La serie) y otros que levantan ampollas por lo que cuentan. En esta segunda categoría está Halston, la nueva ficción de Netflix creada por Sharr White que cuenta con el todopoderoso Ryan Murphy como uno de sus productores ejecutivos y que retrata la vida del diseñador que da título al producto.
«La familia y los Archivos HALSTON no han sido consultados para la inminente serie de Netflix. Los Archivos HALSTON siguen siendo la única fuente definitiva y completa sobre el hombre y su legado, que custodia sus papeles y efectos personales», han dicho en un comunicado enviado a la prensa los representantes de la mencionada fundación y la familia y señalan que lo que veremos es «inexacto y ficticio». La serie, que se estrena este viernes 14 de mayo, sin embargo, se basa para construir su trama en lo que cuenta el libro Simply Halston escrito por Steven Gaines, una fuente no aprobada por la familia.
Halston cuenta la historia del diseñador Roy Halston Frowick, conocido mundialmente solo por su apellido, a quien da vida Ewan McGregor, quien también participa como productor ejecutivo del proyecto. Comenzó su carrera como diseñador de sombreros (suyo era el icónico sombrero rosa que llevó Jacqueline Kennedy cuando su marido asumió el poder) y posteriormente revolucionó la industria de la moda en los años sesenta abriendo una tienda en Madison Avenue, en Nueva York, de ropa para mujeres muy ponible. Años después, Halston viviría turbulentas situaciones en lo profesional y también en lo personal, hasta que falleció con 57 años de un cáncer relacionado con el VIH. Pero durante años se codeó con gente como Andy Warhol y Liza Minnelli y fue toda una celebridad de la mítica discoteca Studio 54.
No es la primera vez que una serie de la factoría de Ryan Murphy levanta ampollas entre personajes reales representados en pantalla. La legendaria actriz Olivia de Havilland demandó a la cadena FX por el retrato que hizo de ella en la serie Feud, que consideraba despectivo, aunque finalmente el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió no examinar este caso.