Crítica: ‘El caso Hartung’ no innova, pero cumple sobradamente

Su arranque lo perfila como un muy buen ejemplo de su género

(Fuente: netflix)

Esta crítica se ha escrito tras ver los tres primeros capítulos de ‘El caso Hartung’ y no contiene spoilers.

Las series de crímenes nórdicas son ya un género en sí mismo y basándonos en eso podríamos decir que El caso Hartung es una de tantas, donde hay un niño muerto y entonces arranca la trama, solo que esta vez es Netflix quien la paga. Pero estaríamos trampeando. Søren Sveistrup, creador de la novela original que inspiró a la adaptación que se estrena esta semana, es uno de los principales inventores de todo este tinglado: los títulos escandinavos son lo que son porque hace casi quince años este señor lanzaba The Killing (la danesa, la original) y trastocaba todo lo que habíamos conocido hasta el momento. Simplemente por eso, lo nuevo de la marca roja merece dedicarle unos minutos.

Basándose en este prestigio, el libro El caso Hartung fue un éxito, y carne de adaptación, desde el momento de su lanzamiento y hay que reconocerle la ventaja desde la que parte, pero la sabe aprovechar. En su primer episodio nos cuentan cómo hace una década desapareció una niña a la que dieron por muerta tras la confesión de un sospechoso que ahora está en la cárcel. Pasa el tiempo y empiezan a aparecer cuerpos que hacen referencia a la desaparición original. Es una trama normalita que encierra un par de detalles icónicos (como son las figuras antropomórficas hechas con castañas que van apareciendo) y que tira de un género ya afianzado. Pero lo hace muy bien, apenas hay escenas vacías, sus personajes protagonistas (los investigadores responsables) tienen estrella y personalidad y el caso atrapa desde el primer minuto. Tras su premisa se esconden políticos implicados, policías con historias personales curiosas pero no impúdicamente dramatizadas y un misterio que logra despertar curiosidad.

(Fuente: Netflix)

Algo une la trama de la niña original con de las nuevas víctimas, que a su vez están escogidas por un criterio unificador, y el resultado es un relato con varios caminos pero sencillo de entender una vez te lo muestran. El ritmo es bueno, el color y montaje muy nórdico y la interpretación tiene esa sobriedad que si te gusta embelesa desde el arranque. No voy a destripar detalles, pero lo que en origen parece un relato simplón, se viste de cosas que hace que al final haya un mapa frente a nosotros con suficientes ramificaciones para ser algo con firma propia, pero explicadas con la claridad necesaria para que no sea costoso de ver. Separa muy bien el grano de la paja, vamos.

Si te gusta el nordic noir este es un título para ti, si aún no lo conoces, parece una buena opción para inaugurar un género que cosecha ya un montón de opciones. Arranca bien, directa y reconozco que el único motivo por el que he dado la pausa a la serie es porque tenía que continuar con mi vida. Un principio firme, emocionante y que apunta buenísimas maneras. No está carente de sustos, misterios, miguitas evidentes y otras no tanto. Es todo lo que se le puede pedir a una propuesta de este tipo para ser mucho más que correcta, si el final lo encara como hasta el momento, se convertirá instantáneamente en una apuesta segura.

‘El caso Hartung’ está disponible en Netflix.

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