En una isla del archipiélago de Svalbard, Noruega, se encuentra el Banco Mundial de Semillas, denominado por muchos la «bóveda del fin del mundo». Es la mayor reserva de cultivos del planeta y su fin es salvaguardar la base de la alimentación mundial en caso de catástrofe.
Una construcción realizada para perdurar y resistir en el tiempo que contiene ya más de un millón de muestras de semillas de casi todos los países del mundo.Es considerado un auténtico búnker a prueba de desastres aprobados por el gobierno de Noruega.
El país nórdico gasto unos 8,3 millones de euros en su construcción, además de invertir unos 20 millones en actualizaciones técnicas de la instalación. Esto fue debido a que sufrió filtraciones de agua recurrentes en el túnel de entrada a causa del derretimiento provocado por el cambio climático. El coste anual de funcionamiento de la bóveda es de aproximadamente un millón de euros.
Se construyó a 130 metros sobre el nivel del mar, lo que asegura que el suelo de la instalación permanecerá seco incluso si se derritieran los dos polos. Las tres cámaras que contiene están bajo una montaña de roca sólida y el túnel que conduce a las cámaras está hecho de hormigón impermeable.
Las condiciones de permafrost en las cámaras implican un requisito de energía más bajo para el enfriamiento mecánico a -18 °C. Además, la bóveda es impermeable a la actividad volcánica, los terremotos, la radiación y la crecida del nivel del mar y, en caso de fallo eléctrico, el permafrost (capa de hielo permanentemente congelada) del exterior actuará como refrigerante natural.
Para visitar su interior basta con que hagas clic en este enlace y podrás recorrerlo como si estuvieras ahí mismo.
Más de 1 millón de semillas y presencia española
Hace unos días se realizó la primera entrega de semillas del año, en la que participaron bancos de germoplasma de Australia, Alemania, Marruecos, Nueva Zelanda, países nórdicos, Rumania, Eslovaquia, Sudán y Uganda. El total fueron 39 cajas que contenían 20.443 muestras, lo que elevó el recuento total de a 1.145.862 semillas.
Por primera vez, la instalación incorporará variedades procedentes de España, país de gran riqueza en biodiversidad, al ser puente entre Europa, Iberoamérica y África. Las semillas se transportarán congeladas a -20 °C y está previsto que se envíen la primera semana de junio.
De las primeras 1.080 semillas españolas que se transportaran procedentes del INIA-CSIC, 300 son cereales de invierno, 114 de las cuales corresponden a trigos; 510 son leguminosas, de las que 189 son judías; 200 son hortícolas, 81 de ellas tomates, y 108 son variedades de maíces.
¿Qué tipos de semillas hay?
140.000 muestras diferentes de variedades de trigo, 150.000 de arroz, 70.000 de cebada y entre 10.000 y 20.000 de diferentes tipos de patatas, guisantes, sorgo y muchos otros cultivos.
Aunque la Bóveda es propiedad de Noruega, los países e instituciones que aportan las semillas siguen siendo sus propietarios, nadie, salvo los depositarios, pueden acceder a ellas. El almacenamiento es gratuito.
En definitiva, esta instalación refleja el compromiso cada vez mayor del mundo entero por preservar y conservar la diversidad de cultivos. Un arca de Noé de semillas para salvar a la humanidad: garantiza alimentos a la población del planeta en caso de crisis.
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