El segundo vuelo de prueba de Starship ha sido todo un éxito. SpaceX, que lleva trabajando al menos desde 2005 en el vehículo que se usará para el regreso del ser humano a la Luna y que podría llevarnos a Marte, ha dado un paso más con su megacohete.
El 20 de abril voló por primera vez, aunque explotó a los cuatro minutos del despegue por un problema con el sistema de separación de la primera y la segunda etapa del cohete. Hoy, hace apenas unos minutos, ha conseguido la separación con un nuevo método llamado ‘hot-staging’.
Además, ha logrado alcanzar la órbita, algo que no pudo hacer en primavera. Entre vítores y aplausos de los ingenieros y de Elon Musk desde Starbase, las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, el cohete ha amerizado como estaba previsto en el Océano Pacífico, cerca de la isla de Kauai (Hawái).
La retransmisión ha terminado mientras el equipo estaba expectante buscando la señal del megacohete en el agua. Como han señalado los presentadores del directo, el vuelo ha sido todo un éxito, pero ubicar el Starship y recuperarlo, permitiría a SpaceX conocer mejor su estado y perfeccionarlo para prepararlo para futuros viajes que estén tripulados.
El duro trabajo de SpaceX con Starship
Después de meses de mejoras y nuevas pruebas de Starship, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos aprobó hace poco un nuevo lanzamiento del megacohete. Elon Musk aseguró en el vuelo inaugural que había sido un éxito porque habían conseguido que despegase, sin embargo, él, su equipo de SpaceX y el resto del mundo esperaban mucho más de esta segunda prueba.
El equipo de SpaceX comenzó a trabajar en los arreglos de su megacohete tan pronto como se recompusieron del desenlace del pasado 20 de abril. Lo hicieron mientras preparaban un informe de evaluación para presentar a la Administración Federal de Aviación (FAA), el cual entregaron en septiembre.
Los ingenieros explicaron que tenían que realizar «más de 1.000 cambios» en Starship. Asimismo, hicieron innumerables pruebas de las cuales destaca la prueba de fuego tras arreglar la plataforma que, para este segundo vuelo, contaba con un sistema que lo protegía de los 33 motores Raptor (todos se han encendido, al contrario de lo que ocurrió en primavera).
¿Qué es Starship?
El objetivo con Starship es que se convierta en un cohete clase orbital reutilizable que se pueda fabricar en masa. Sería el más potente jamás creado y solucionaría un problema que lleva acompañando a la exploración espacial desde que comenzó a investigarse. Actualmente, los profesionales no tienen uno con la suficiente capacidad como para llevar cosas demasiado grandes y pesadas al espacio y, con esta nave, la situación podría cambiar.
El sistema Starship consta de dos etapas: el Starship como tal, y el vehículo de lanzamiento, al que llaman Starship Super Heavy, que tendrá 33 motores Raptor que permitirán que el primero salga de la Tierra. Este último será la parte que, posteriormente, podrá reutilizarse, ya que volverá a reingresar en la atmósfera terrestre. Sin embargo, todavía tienen que perfeccionarlo para que eso ocurra.
Con sus 120 metros de altura, SpaceX asegura que su cohete será capaz de transportar hasta 150 toneladas de carga útil. Algo crucial para lanzar naves de misiones tripuladas que irán con tecnología muy necesaria para la supervivencia en un lugar tan alejado de la Tierra como Marte.
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Lanzamiento de Starship: sigue en directo el vuelo orbital del megacohete de Elon Musk
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