La creadora de la serie nos habla de cómo ha sido trabajar con actores que también son sus amigos
Hasta llegar a HBO Max, Abril Zamora ha seguido un camino artístico en el que el presupuesto no ha estado siempre de su lado. Antes de escribir, dirigir y protagonizar Todo lo otro, recién estrenada en la plataforma, tuvo su primera gran oportunidad junto a Carlos del Hoyo, con quien cocreó Señoras del (h)AMPA. ¿Y antes? Obras de teatro pequeñas, webseries, cortometrajes… una carrera de fondo en la que ha ido encontrándose con actores y actrices que ahora, además de ser sus amigos, se han convertido en los personajes que ella ha creado para esta dramedia generacional.
«Todos son mis amigos, pero porque he trabajado con ellos anteriormente. Fui antes directora, probablemente, que amiga, pero luego hemos creado mucho vínculo y somos muy amigos y las relaciones que mostramos en la serie son nuestras relaciones tal cual en la vida», nos explica. David Matarín, por ejemplo, protagonizó la obra ¿Por qué follamos mejor cuando ya no somos novios?, mientras que Nuria Herrero y Juan Blanco salían en Señoras del (h)AMPA. Rechaza esa idea de que donde hay confianza da asco y no teme que se le suban a la chepa. «Es muy verdadero y ha sido muy fácil dirigirles. Cada actor necesita unas teclas diferentes para ser dirigido. Yo no dirijo igual a David, que a Juan o que a María. Siempre intento adaptarme a lo que creo que necesitan en todo momento y tenemos un grado de confianza con el que hemos perdido un poco el respeto, en el buen sentido. Soy muy explícita, les hablo con mucha sinceridad y ellos me entienden perfectamente. Conocen mi lenguaje, mis textos y lo enriquecen».
Ese sentido de familiaridad en el set de rodaje le ha ayudado a Abril, según explica, a desarrollar su tarea interpretativa: «Nunca me había expuesto tanto como actriz y mis amigos me lo ha facilitado muchísimo. Con un actor desconocido no podía haber hecho las secuencias que he hecho con Juan, por ejemplo. Lo podría haber hecho, seguro, pero habría necesitado otro tipo de trabajo o tal vez me hubiera ido mucho más insegura a casa. Es muy difícil hacer una secuencia de sexo con alguien y estar completamente desnuda si no tienes mucha confianza y si es tu primera vez. Me he sentido muy niña en muchos momentos, aún teniendo casi 40. Me he sentido expuesta».
No solo las dinámicas del grupo de amigos de Abril han tratado de reflejarse en la pantalla, sino también sus estilos de vida y, concretamente, su relación con la ciudad en la que viven. «Quería enseñar un Madrid real, gente real que se viste de verdad con ropa de Zara, que tiene trabajos normales, que no son escritores, ni economistas, ni abogados», expone Zamora, «Quería hablar del Madrid que yo veo cuando me asomo por la ventana, que es de gente que vino aquí para tener un trabajo concreto y acabó trabajando 40 horas de camarero cobrando en B y se olvidó un poco del objetivo que tenía. Quería hablar de esa sensación de que no todo es tan bonito como lo pinta la gente. Que hay mucha gente que viene aquí, lo pierde todo y luego se tiene que volver a su pueblo a casa de sus padres».
«Hay un concepto de Madrid de neones, papel pintado y de gente que va vestida bien combinada que creo que no es la realidad. Por lo menos, la que yo conozco», dice desmontando falsos mitos que han asentado otras ficciones. «El recorrido que hace mi personaje de la tienda a su casa es el recorrido real que hay en Madrid de la tienda a la localización que es mi casa. Cuando yo marqué que estamos en un karaoke en Mostenses -que es otro, pero para mí es el de Mostenses- y vamos hacia el café Berlín, hacemos el camino real por la Gran Vía. Quería mostrar Madrid como lo es de verdad y no edulcorarlo o artificiarlo para que parezca un Hollywood español, porque no lo es».
Esa idea de desmitificar Madrid como ciudad y concepto se traslada en Todo lo otro a la esencia de todos los personajes y sus tramas. «La ficción con los 30 tiende mucho a lo aspiracional y a gente que no tiene que pagar alquiler y que está volcada solo con sus relaciones personales. Está guay mostrar gente que está asqueada de su trabajo, de su jefe, de que todo le parece una mierda, de que no consigue enamorarse, de que folla con un montón de desconocidos y que le tratan mal y todo le va mal. Es una realidad que yo conozco en primera persona. Me apetecía hablar de eso y no del romanticismo en cuanto a la ciudad». Algo que se traslada también a la relación de los protagonistas con las fiestas y las drogas: «En las series adolescentes se normaliza mucho la droga aunque suele acabar en conflicto. Te drogas en la discoteca y luego tienes un accidente de coche. Y creo que es complicado ver en ficciones españolas gente que normaliza la droga o que sale un martes y se emborracha. Así, sus personajes «viven las emociones desde un lugar adolescente, porque yo creo que hay una gran parte de la gente de mi edad que así lo hacemos»
‘Todo lo otro’ está disponible en HBO Max.