Cuentan que Jimmy McGovern no estaba interesado en regresar a ‘Condena‘ (Time). No en vano se trataba originalmente de una miniserie. Sin embargo, la insistencia de BBC y cierto giro hizo que se lo pensase mejor… y desde hoy podemos disfrutar en Movistar Plus+ del resultado.
Y es que acaba de estrenarse la temporada 2 del sensacional drama carcelario, que se aleja del módulo de hombres para adentrarnos en una cárcel de mujeres y poner, en el centro de la historia, a tres mujeres que ingresan a la vez (interpretadas por Jodie Whittaker, Tamara Lawrance y Bella Ramsey). Cada una con un contexto y situación distinta… pero las tres apasionantes en una serie algo cambiada.
No solo el cambio viene con el sexo de los protagonistas, también por el enfoque de las tramas. Quizás para no repetirse, el guion de Jimmy McGovern y Helen Black (quien se incorpora como guionista) decide no meterse en los entresijos del día a día de la prisión, de sus guardias y trabajadores para centrarse únicamente en la historia individual (y a ratos entrecruzada) de estas tres reclusas.
Nuevo enfoque, ingredientes comunes
Esto no quiere decir que no tengamos de vez en cuando la presencia de estos (y de hecho comparten a algún personaje), pero es más tangencial y de apoyo. También hay ingredientes comunes como el hecho de que las protagonistas no sean criminales especialmente peligrosas (aunque alguna es reincidente); un tratamiento sobre el alcoholismo y sus consecuencias; e incluso los problemas en los que te puedes meter en la cárcel con las «mandamases».
También esa exploración del sistema penitenciario y judicial se ve aquí quizás algo ensombrecida por el complejo relato sobre maternidad y vulnerabilidad que se desarrolla. Llama la atención cómo evita dar respuestas fáciles a traumas y asuntos de salud mental relacionados con ello, sobre todo con la que es quizás la trama más dura (y profundamente desarrollada) de esta temporada 2 de ‘Condena’.
Me refiero a la de Abi (Tamara Lawrence) y cómo se explora esa pesadilla de estar cumpliendo cadena perpetua por matar a su bebé. Poco a poco nos ofrecen pinceladas de las circunstancias, pero no ofrece una respuesta clara sobre el por qué. Ahí ya son los espectadores los que saquemos conclusiones, no sin antes ver que, efectivamente, la joven estaría viviendo su propia condena aun sin estar entre rejas. No es tanto física, sino mentalmente.
Esta es, quizás, la trama más oscura de todas, contrastando de forma colosal con la más optimista historia de Kelsey, adicta a la heroína y, al parecer, con novio camello. Encarnada por una soberbia Bella Ramsey, su arco se propone como una historia casi de superación en lo que el ser consciente de que va a tener un hijo transforma su vida.
En un punto medio tenemos la trama protagonizada por Jodie Whitaker, cuyo personaje se ve entre rejas por manipular el contador de la luz. «Todo lo que hiciste fue mantener caliente a tus hijos», como le dice su madre. Una sentencia a ingreso inmediato en la cárcel que le pilla completamente desprevenida (¿quién va a prisión por eso? es la pregunta del millón) y que pone en peligro no solo la custodia de sus hijos sino incluso la relación con ellos.
Si bien con sus puntos fuertes, esta trama es la que resulta menos interesante. Algo causado, creo yo, porque su condición de «mujer normal y corriente a la que le pasa una injusticia (si podemos llamarla así)» palidece frente a los otros personajes. Con esto no quiero decir ni que no funcione ni que sea aburrida, simplemente no está a la misma altura.
Sí que está la altura en la interpretación. Las tres protagonistas brillan en su papel. Quizás de destacar a alguien sería a Bella Ramsey, que sigue desprendiendo ese carisma y magnetismo estupendo. Pero ni Whittaker ni Lawrence se quedan absolutamente atrás.
Esto hace que, en definitiva, ‘Condena’ haya regresado distinta pero igualmente sobresaliente. Tan dura como íntima en su retrato no solo de mujeres sino de madres que viven su propia condena tanto dentro como fuera.
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