Un grupo de científicos chinos de la Universidad Naval de Ingeniería ha creado el cañón electromagnético de riel más avanzado del mundo para disparar de manera contínua gracias a una tecnología basada en la inteligencia artificial (IA).
Este tipo de arma cinética funciona con una fuerza electromagnética para lanzar proyectiles a velocidades superiores de las otorgadas por la pólvora y la combustión –es decir, puede disparar 120 cartuchos a más seis veces la velocidad del sonido, a 7.000 kilómetros por hora–, cuenta con una fuente de energía y dos rieles que cuando entran en contacto con el proyectil cierran el circuito para generar fuertes campos magnéticos, tiene la capacidad de hacer lanzamientos continuos, puede alcanzar cualquier objetivo en un radio entre 100 y 200 kilómetros, e integra IA para que pueda tomar sus propias decisiones.
Aunque si profundizamos en la última tecnología mencionada, si el cañón detecta algún fallo que no sea grave, el arma seguirá funcionando correctamente; aunque si el problema puede causar daños reales, la inteligencia artificial podrá frenar los disparos del cañón electromagnético.
Por otro lado, este arma incluye un receptor de su sistema de geoposicionamiento BeiDou para aprovechar la precisión de grado militar para alcanzar los objetivos, además, la munición recibe continuamente órdenes de la constelación satelital con el fin de ir corrigiendo su trayectoria en tiempo real. Sin embargo, durante el lanzamiento, genera un intenso campo electromagnético que puede destrozar los componentes electrónicos delicados –como antenas y chips–.
Este cañón será fundamental para China
El diario South China Morning Post señala que esta innovación será clave en el futuro para el ejército de China, teniendo en cuenta que dicho país se ha adelantado a Estados Unidos en el desarrollo del arma.
Concretamente, los estadounidenses empezaron a fabricar un cañón electromagnético a principios de la década pasada, pero el tiempo límite del programa terminó sin ningún tipo de novedad en lo referente a la creación, por lo tanto, hace tres años, Estados Unidos abandonó la idea.
Por ende, China recogió el testigo del programa de EEUU y empezó a construir dicho cañón con unas grandes especificaciones y complejidad tecnológica que supera a las capacidades de las armas tradicionales.
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