Crítica: ‘Sky Rojo’ es un bombazo consagrado a molar

La serie de Netflix comparte ADN con ‘La casa de papel’ y tiene un único objetivo: hacernos disfrutar

(Fuente: Netflix)

Esta crítica se ha escrito tras ver los cuatro primeros episodios de ‘Sky Rojo’ y no contiene spoilers.

Crear un fenómeno tan grande como La casa de papel debe ser una alegría enorme para sus creadores, pero también pone el listón muy alto para las siguientes producciones. Y es que es imposible no comparar Sky Rojo, la nueva serie de Álex Pina y Esther Martínez Lobato para Netflix, con la de los atracadores porque ambas no solo comparten padres, sino también buena parte de su ADN; mucho más, desde luego, del que compartía La casa de papel con El embarcadero o White lines, también suya.

Si en una serie teníamos a delincuentes muy queribles dando un gran golpe, aquí son unas prostitutas que huyen de sus proxenetas en un viaje peligroso y hasta arriba de speed. Pero la serie no engaña: no estamos ante un drama social sobre la trata de mujeres, que nadie busque eso aquí. Sky Rojo es producto entregadísimo al disfrute, a la locura y al entretenimiento que no necesita de demasiadas capas de lectura para mantenernos enganchados. No pienses, simplemente sigue hacia delante pisando el acelerador.

Ahí encontramos una de las señas de identidad de la propuesta: ese ritmo frenético viene dado por su formato, llevando el thriller a esos 25 minutos que siempre habían sido patrimonio de la comedia. Y esto, que parece fácil, no lo es: efectivamente, cuanto más relleno quitemos, más a degüello iremos, pero también corremos el riesgo de que todo pase tan rápido que no nos importe. Y no es el caso. Ese es el milagro de Sky Rojo. Es como si a La casa de papel le quitases las partes con menos acción, esas en las que se detiene a profundizar en los personajes, y solo quemases mecha.

Sin embargo, esta nueva serie consigue que no perdamos la empatía hacia sus protagonistas gracias a un buen diseño de personajes y a un elenco en estado de gracia. Por ejemplo, las tres prostitutas parten de perfiles muy reconocibles (Coral es la líder y la cerebral, Wendy es la dinamita y Gina es la candidez) pero a la vez les dan suficientes aristas y altas dosis de carisma para que vayamos a fuego con ellas (a Verónica Sánchez ya la amaba, pero Lali Espósito y Yany Prado han sido todo un descubrimiento). Lo mismo con los chicos; Miguel Ángel Silvestre y Enric Auquer forman una dupla que, si bien son despreciables antagonistas, también los disfrutas en pantalla.

Tras el ritmo y los personajes, lo tercero que brilla en Sky Rojo es la dirección. Tarantino de baratillo, dirán sus detractores, pero yo aprecio el enorme esfuerzo hecho por molar todo el rato. Cada plano, cada movimiento de cámara, cada nota de color; todo está ahí dispuesto para que la serie sea atractiva, dinámica e icónica. Dan igual las referencias e inspiraciones cuando todo es tan divertido y te hace cómplice, no de un atraco ni de una huida, sino de un plan para el espectador: gozar como cochinos en el barro.

‘Sky Rojo’ está disponible en Netflix.

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