La ESA podría dar su propio «gran paso para la humanidad» y enviar un europeo a la Luna

El gran hito de la exploración espacial sigue siendo para muchos el «pequeño paso» que Neil Armstrong realizó en la Luna, ya que, como él señaló al regresar a la Tierra, había sido «un gran paso para la humanidad». Ahora, la NASA está trabajando en Artemis, que pretende que el ser humano regrese al satélite natural después de que hayan pasado más de 50 años desde la misión Apolo 17.

Mientras los científicos estadounidenses ya se encuentran manos a la obra con su proyecto Artemis, la Agencia Espacial Europea parecía encaminada a querer hacer lo mismo. El pasado 23 de marzo, un grupo asesor de alto nivel de la ESA manifestó su interés por presentar un programa espacial igual de ambicioso.

Según dijeron, pretendían ponerse de límite una década para llevar a cabo un aterrizaje humano europeo independiente y sostenible, es decir, sin contar con ayuda externa al continente. Este objetivo recordaba bastante a la promesa que John F. Kennedy realizó en 1962 de que un estadounidense pisaría la Luna antes de que finalizase la década y que terminó cumpliéndose, cuando él ya no estaba vivo para verlo.

En un informe, el grupo asesor desafió a la ESA afirmando que en el continente había una «falta de ambición». «Para que Europa se convierta en un jugador transformador capaz de marcar la diferencia, se requieren objetivos y narrativas verdaderamente grandiosos», señalaban, y el propósito que plantearon fue que las huellas de un europeo se marcasen sobre el regolito lunar.

Además de aconsejar que la ESA tratase de realizar una misión espacial tripulada a la Luna de forma independiente, también han recomendado desarrollar una estación espacial LEO comercial europea, capacidades de carga y tripulación para la estación espacial Gateway. En definitiva, el informe animaba a la agencia del viejo continente a asegurar un tercio de la futura economía espacial de 1 billón de euros.

Tal vez el plazo límite de cumplir con los requisitos del grupo asesor de una década es demasiado optimista. Para llegar a esa fecha, Europa debería invertir mucho más del dinero que destina a la ESA y lograr que los distintos Estados miembro estén de acuerdo con ello. Sin embargo, el plan de que un europeo viaje a la Luna ya se ha puesto sobre la mesa y puede que dentro de la agencia comiencen a verlo como una opción viable a largo plazo, sobre todo teniendo en cuenta el avance que está habiendo en el sector en los últimos tiempos.

¿Quiénes están detrás de la propuesta?

El grupo asesor de alto nivel de la ESA se formó en julio de 2022 con la intención de que existiesen responsables que evaluasen decisiones importantes de la agencia de manera objetiva e independiente a temas geopolíticos, económicos y sociales. El fin último de este grupo es incentivar la exploración espacial humana y robótica en el continente y recomendar las opciones consideradas óptimas.

Dentro del grupo asesor, hay presidentes del Consejo de la ESA, el Comité Europeo de Ciencias Espaciales de la Fundación Europea de Ciencias y la Conferencia Espacial Interparlamentaria.

También entran en él un exsecretario general de la OTAN, el director gerente del Foro Económico Mundial y un exministro italiano de Educación, universidad e Investigación.

Otras personalidades importantes son Erling Kagge, explorador que se convirtió en la primera persona en llegar al Polo Norte, al Polo Sur y al Monte Everest a pie; Tomasz Rożek, comunicador científico; y François Schuiten, dibujante de cómics de gran éxito de ventas.

Más adelante se añadieron profesionales con experiencia directa en vuelos espaciales tripulados, como cuatro astronautas europeos, varios directores de fundaciones, institutos y consejos y el director ejecutivo de una empresa espacial, entre otros.

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