Los fabricantes de aviones tienden a emplear piezas de los más antiguos en desuso para crear nuevos y reducir gastos. Sin embargo, el reciclaje de partes de aeronaves inoperativas puede ir más allá y formar parte de proyectos que no tienen nada que ver con el mundo de la aeronáutica. Un ejemplo de ello es la Private Jet Villa by Hanging Gardens, una villa construida con los restos de un Boeing 737 retirado.
El vehículo formaba parte de la flota de Mandala Airlines que cerró definitivamente en 2014. Gran parte de sus aviones pasaron a manos de la aerolínea TigerAir, pero en 2021, el destino de Boeing 737 fue muy distinto al esperado al ser comprado por Felix Demin, propietario de la cadena hotelera Bubble Hotel Bali.
En un inicio, Demin podría haber adquirido la aeronave para uso privado, pero sus objetivos eran otros. «Incluso antes de comprarlo, pensé que era posible convertirlo en una especie de objeto único y decidí concentrarme en crear una villa», explica el propietario.
Después de buscar entre 20 aviones que se vendían cerca de Indonesia, dio con el protagonista de esta historia: un Boeing 737. Demin cuenta que, para desmontar el vehículo, antes preguntaron a sus desarrolladores y que aflojaron unos 50.000 tornillos.
El equipo contratado por Demin tardó aproximadamente dos meses en planificar la Private Jet Villa. El transporte hasta la zona en la que se ubica se hizo en cinco días y se tuvieron que usar dos grúas, una gran plataforma, especialistas y escolta policial. Cabe señalar que en Bali hay carreteras muy estrechas y con cables que cuelgan a una altura bastante baja.
El resultado podrá visitarse a partir de abril
La Private Jet Villa está a 150 metros de altura sobre el nivel del mar y tiene dos dormitorios y una piscina. Demin alquilará en abril la estancia para turistas, con tarifas no aptas para todo el mundo, puesto que cuesta alrededor de 6.000 euros/noche. Pese a su elevado precio, varios usuarios parecen están sorprendidos con la propuesta, ya que la cuenta tiene más de 42.000 seguidores y miles de ‘Me gusta’.
El avión está situado en un acantilado con vistas al mar, pero sus diseñadores comentan que ha pasado por numerosos controles de seguridad. Además, se ha colocado una barrera en la roca para que no se caiga el Boeing 737, aunque en el ala (por la que se puede andar) están teniendo complicaciones para instalar una barrera de vidrio, pero Demin se ha comprometido a asegurar la zona.
Esta megaconstrucción no es el único antiguo avión que se ha convertido en un local original para visitar. El año pasado una aeronave de British Airways fuera de servicio se convirtió en un espacio de alquiler de eventos con sede en el aeropuerto privado de Cotswold (Reino Unido) y, en 2009, un antiguo Boeing 747 lo transformaron en un hotel-albergue, ubicado en las proximidades del aeropuerto de Arlanda (Suecia).
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