Pablo Álvarez es el tercer astronauta español que saldrá de la Tierra tras Michael López-Alegría (NASA) y Pedro Duque (ESA). Actualmente se encuentra en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia (Alemania) realizando su duro entrenamiento para viajar al espacio. Esto incluye aprender todo sobre la exploración espacial, las disciplinas técnicas y científicas, los sistemas y operaciones espaciales, así como los paseos espaciales y el entrenamiento de supervivencia.
Ingeniero aeronáutico de formación, aunque no tenía una vocación muy clara, ser astronauta siempre fue un sueño para él. Uno que parecía inalcanzable debido, entre otras cosas, a la falta de referentes —en España solo Duque había sido seleccionado por la ESA y fue 30 años antes, en 1992—. Pero, como dice el mismo Pablo, con paciencia y perseverancia todo llega.
Su selección, junto con la de la biotecnóloga Sara García como reserva, como parte de la promoción de astronautas de 2022 de la Agencia Espacial Europea entre 22.500 solicitantes es un hito importante para España y se nota el peso de semejante responsabilidad sobre sus hombros, pero una sonrisa y unos ojos llenos de emoción acompañan a Pablo mientras habla de su entrenamiento y sus futuras misiones.
¿Qué te inspiró para seguir una carrera en ingeniería aeroespacial y, finalmente, convertirte en astronauta?Es una pregunta muy difícil porque yo, la verdad, cuando empecé a estudiar ingeniería aeronáutica tampoco tenía una vocación muy clara y creo que el motivo principal por el que empecé a estudiar aeronáutica es porque era una carrera que estaba disponible en León, en mi ciudad, y económicamente para mi familia quizás era más sencillo que me quedara ahí. Me gustaba ese mundo, pero con 18 años es muy difícil tener claro qué es lo que quieres hacer. Me parece que es una decisión muy importante, que tomas muy pronto y sin conocer cómo funciona el mundo realmente ni tener todos los datos. Pero luego la realidad fue que estudiar aeronáutica me encantó.
Sí que es cierto que desde pequeñito me atraía mucho el mundo del espacio y con 4 o 5 años le pedía a mi madre que saliéramos a ver estrellas fugaces, tenía mis libros de Astronomía para niños y, claro, convertirme en astronauta era un sueño. Pero lo veía difícil: solo ha habido 600 personas que han salido del planeta y Pedro Duque ha sido el único español en la ESA, entonces no crees que sea una opción real. Siempre te parece que es la típica historia que le pasa a otra persona, que es casi imposible.
No fue hasta que abrió el proceso de selección la Agencia Espacial Europea en 2021 cuando me propuse intentarlo e ir con todo.
Solo ha habido 600 personas que han salido del planeta y Pedro Duque ha sido el único español en la ESA, entonces no crees que sea una opción real.
Dado tu trabajo en proyectos significativos como el Rover ExoMars, ¿podrías compartir algunos de los desafíos más grandes que has enfrentado y cómo los has superado?Trabajar en el sector espacial es bastante complicado en el sentido de que mucha de la tecnología que estás usando y muchos de los desarrollos que estás haciendo son únicos y solo se usan para un proyecto en concreto. Al ser muchos de los componentes nuevos, cada día te enfrentas a algún problema distinto y siempre hay cosas inesperadas.
Sobre el ExoMars, trabajar en un proyecto para un rover a Marte tiene el problema añadido del tiempo: tienes una fecha de lanzamiento, que es cuando Marte y la Tierra están más cerca, cuando la trayectoria es óptima, y si pierdes esa fecha tienes que esperar otros 26 meses a que vuelva a estar otra vez la Tierra cerca de Marte, dadas sus posiciones relativas.
Lamentablemente, ese proyecto está un poco ‘maldito’… lo íbamos a lanzar en 2018, luego se atrasó a 2020 y en 2020 vino el COVID y también teníamos problemas con los paracaídas. Se atrasó a 2022 y vino la guerra de Ucrania y la ESA retrasó el programa… y ahora Europa está desarrollando toda la parte que aportaba Rusia.
La verdad es que duele un poco ver que no se ha lanzado todavía. Tengo muchas ganas de verlo volar.
Hay gente que ha trabajado en un único proyecto la mitad de su carrera, han podido dedicar 18 o 20 años. Incluso personas que dependen de esa misión para acabar su doctorado porque están esperando resultados científicos de la misión…
En este sentido se convierte todo en algo bastante emocional para mucha gente, porque es mucho tiempo y mucha energía invertidos. Da mucha pena ver cómo se va retrasando, aunque, por otro lado, también es algo bonito pensar que estás haciendo algo único, algo pionero. Es apasionante. Tener en tus manos algo que sabes que algún día va a llegar a Marte es increíble. Lo que no me imaginaba era que yo tenía la posibilidad de salir del planeta antes que el rover [ríe].
Tener en tus manos algo que sabes que algún día va a llegar a Marte es increíble. Lo que no me imaginaba era que yo tenía la posibilidad de salir del planeta antes que el rover.
Pasaste de ser ingeniero a ser astronauta. ¿Cómo ha influido tu experiencia como ingeniero en tu entrenamiento y preparación como astronauta? ¿Hay habilidades o conocimientos específicos que encuentras particularmente útiles?Sorprendentemente, creo que bastantes. De hecho, como parte del entrenamiento básico, ahora estamos haciendo un curso de Ingeniería que para mí es un poco como volver a la uni [ríe].
Yo había trabajado antes con la Agencia Espacial Europea a través de Airbus como subcontratado y conocer el entorno en el que te mueves, ser consciente de cómo se suelen fabricar las cosas, cómo se suelen arreglar las cosas, cómo son los procedimientos para el sector espacial… es bastante útil.
Por otro lado, entre mis compañeros hay médicos, astrofísicos, ingenieros, pilotos… y creo que es importante también tener una tripulación lo más variada posible, porque cada uno puede aportar en distintas cosas. A medida que las misiones son más largas y a medida que nos vamos adentrando más en el sistema solar, necesitas más autonomía e independencia por parte de las tripulaciones, por lo que cuanto más variadas sean las habilidades que tienen, mejor.
No es lo mismo una misión a la Estación Espacial Internacional, que si algo va mal en 8 horas vas a estar de vuelta en la Tierra, que una misión a la Luna, que puedes necesitar hasta 3 días, que una misión a Marte, que son 6 meses de viaje más esperar, como te he dicho antes, a que Marte esté cerca de la Tierra, o sea que en el mejor de los casos puedes tardar en volver hasta 2 años y 6 meses.
Entonces, mientras más nos adentremos en el sistema solar y más lejos vayamos, más autonomía van a necesitar esas tripulaciones y más habilidades diferentes van a necesitar.
A medida que las misiones son más largas y a medida que nos vamos adentrando más en el sistema solar, necesitas más autonomía e independencia por parte de las tripulaciones.
¿Cómo es el entrenamiento básico y qué perfiles hay en el equipo en el que estás? ¿Seguirás trabajando con las mismas personas una vez te gradúes?Ahora en el entrenamiento básico estamos seis personas, cinco de los cuales vamos a pertenecer al cuerpo europeo de astronautas en cuanto nos graduemos en abril. Luego hay una chica, Catherine, que está entrenando que es de Australia.
Una vez completado el entrenamiento básico, se nos asignarán misiones por separado, de manera que el equipo que somos ahora se dividirá.
Las primeras misiones van a ser a la Estación Espacial Internacional, pero es muy probable que dos europeos no volvemos juntos, volaremos norteamericanos, rusos, canadienses, japoneses, australianos… o cualquier otra nación que tenga algún astronauta y que esté en el programa de la Estación Espacial Internacional.
Sabremos quiénes son nuestros compañeros unos dos años antes de que comience la misión. Y esos dos años estaremos entrenando con ellos continuamente, se convierten casi en tu familia, porque es necesario lograr una convivencia saludable, que todos conozcamos cómo somos, las fortalezas y las debilidades de cada persona o, simplemente, saber reconocer cuando alguien está teniendo un mal día y cómo ayudarle.
Sabremos quiénes son nuestros compañeros unos dos años antes de que comience la misión. Y esos dos años estaremos entrenando con ellos continuamente, se convierten casi en tu familia.
¿Qué tipo de tripulación es la más adecuada para viajar a la Estación Espacial Internacional? ¿Importa también ahí que las habilidades sean distintas en cada astronauta?El tipo de perfil es muy variado, aunque sí es cierto que en la Estación Espacial Internacional, de momento, todos tenemos que hacer de todo y para eso hacemos un entrenamiento tan variado. Yo soy ingeniero, pero he hecho cursos de biología, de psicología, de mecánica de fluidos, de medicina… de todo en general para prepararte para cualquier situación que pueda surgir, pero también para hacer los experimentos que tengas que hacer con toda la maquinaria que tenemos arriba y todos los distintos laboratorios.
¿Y qué tipo de experimentos se llevan a cabo en la Estación Espacial Internacional?Nos puede tocar hacer experimentos médicos, en los que nosotros somos ‘el conejillo de Indias’, o experimentos de mecánica de fluidos, observación de la Tierra, de ver cómo crecen cristales, de desarrollo de medicinas… el abanico es enorme y tenemos que ser capaces de al menos tener las herramientas y los conocimientos básicos para poder hacerlos todos.
Nos puede tocar hacer experimentos médicos, en los que nosotros somos ‘el conejillo de Indias’.
¿Cuándo está previsto que se te asigne tu primera misión?Acabamos en abril y entonces enteramos el grupo de astronautas a los que se les puede asignar una misión. Puede ser que se asigne este año, puede ser que el siguiente o puede ser más adelante, pero en principio entre 2026 y 2030 los cinco astronautas europeos que estamos entrenando tendremos nuestra misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional, que es la duración más o menos estándar que se está haciendo ahora.
Aunque no lo parezca, seis meses es un periodo muy largo, tienes que estar preparado, no es como antes. Por ejemplo, Pedro Duque voló 12 días a la Estación Espacial Internacional. Eran misiones mucho más cortas en comparación con lo que se está haciendo hoy en día. Pero precisamente gracias a todo el conocimiento de esas misiones que tenemos ahora sabemos qué problemas surgen en el cuerpo en microgravedad y también tenemos medios para tratarlo, de manera que podemos estar allí más tiempo de forma segura.
Por eso mismo cada vez se alargan las estancias un poquito más, para aprender todavía más y poder desarrollar la ciencia y la tecnología necesarias para poder ir más lejos.
Entre 2026 y 2030 los cinco astronautas europeos que estamos entrenando tendremos nuestra misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional.
¿Y qué sensación te genera pensar que vas a estar seis meses fuera de la Tierra?Pues muchas ganas de experimentarlo. Me imagino que cuando se pase el efecto sorpresa de mirar por la ventana y ver la Tierra, de estar flotando y te acostumbres, puede que el día a día sea durillo. Porque al final son seis meses en los que no puedes literalmente ni caminar… ni salir a dar un paseo, ni abrir la ventana para ventilar siquiera.
Estar tanto tiempo aislado es difícil. Pero tengo muchas ganas, es el trabajo que he elegido y el trabajo de mis sueños y estoy deseando tener esa oportunidad y aprovecharla al máximo.
Estar tanto tiempo aislado es difícil. Pero tengo muchas ganas, es el trabajo que he elegido y el trabajo de mis sueños.
Has trabajado en varios países y en colaboración con agencias espaciales internacionales. ¿Cómo ha sido esa experiencia y cómo crees que la colaboración internacional contribuye al avance de la exploración espacial?La Estación Espacial Internacional es el ejemplo perfecto de cómo, cuando trabajamos juntos, cuando todos los países se ponen a una, podemos lograr cosas que sería imposible lograr con un único país.
Porque ni la Rusia del momento en que se creó la ISS, con todo su conocimiento aeroespacial, ni Estados Unidos, ni Japón, ni Canadá, ni Europa tenían capacidad para desarrollar algo tan grande como es la Estación Espacial Internacional, que ha estado habitada de forma ininterrumpida desde hace más de 20 años.
Hemos conseguido desarrollar miles de experimentos en ella y, siendo el único laboratorio con microgravedad en el mundo, esto es realmente importante. Para mí va a ser un sueño poder verlo.
Creo que es importante ese mensaje: que se trata de hacer las cosas unidos. Además, qué bonito es ver, por lo menos fuera del planeta, a la humanidad todos a una.
¿Cómo ves el futuro de la exploración espacial, y cuál crees que será el papel de la ESA y de España en este futuro?Actualmente estamos viviendo una revolución en el sector espacial, sobre todo con la inclusión de muchas empresas privadas en el sector en Estados Unidos, nuevos países sumándose a la carrera espacial, como China, que ya tiene su propia Estación Espacial; la India, que tiene su propio programa de exploración, y dentro de poco estoy seguro de que van a poner también astronautas en el espacio con sus propios medios…
Se está abaratando también mucho el coste de acceso, hay tecnologías muy novedosas, se están reutilizando partes de los cohetes, se han desarrollado nuevos combustibles… de verdad, es una auténtica revolución.
En cuanto a España y a Europa, creo que lo importante es decidir ahora dónde queremos estar en 15 años para no quedarnos atrás. Yo creo que en Europa tenemos el conocimiento y la calidad humana, el talento, para desarrollar aquello que nos propongamos. Lo que puede faltar es la voluntad y la inversión. A veces pecamos de ser un poco lentos e ir un poco tarde. Por eso tenemos que posicionarnos ahora para el futuro.
Desde Europa vamos a desarrollar una nave de carga para la órbita baja con posibilidad de reentrada, lo que significa que posteriormente puede ser readaptada, si todos los estados miembros de la ESA lo deciden, para que sea tripulada. Eso nos daría más autonomía en cuanto al acceso al espacio y no depender de Estados Unidos, India, China o Rusia, que son de momento los cuatro países que van a tener acceso al espacio.
Y sobre España, la sensación es que en tres o cuatro años están cambiando mucho las cosas en el sector y espero que siga así. Ver el Miura 1 volar me ponía la carne de gallina. Me parece increíble lo que han hecho. Y hay muchas otras empresas también haciendo cosas importantes. Además, por supuesto, la creación de la Agencia Espacial Española, de cara a tener una voz única con el resto del mundo, es un paso fundamental.
Por eso es el momento de decidir dónde queremos estar y qué autonomía queremos tener y qué papel queremos desarrollar en la industria espacial del futuro, que va a ser muchísimo más grande que la actual y va a estar mucho más presente.
A veces pecamos de ser un poco lentos e ir un poco tarde. Por eso tenemos que posicionarnos ahora para el futuro.
Hablemos de la Luna. Muchos no comprenden cómo es posible que estuviéramos allí hace 50 años y hoy en día no hayamos logrado volver. ¿Por qué?Porque es muy difícil. Necesitas una inversión muy potente y muchísimas empresas involucradas para poder volver y hacerlo de forma segura. En 1969 llegamos [a la Luna] con la tecnología justísima, sin tener las mismas medidas de seguridad que se tendrían ahora y la historia podría haber sido completamente distinta. Prueba de ello es el Apolo 13, que tuvo final feliz, pero estuvo muy al límite.
Sigue siendo algo muy complicado precisamente por lo que comentaba antes: los proyectos son muy específicos, no puedes hacer una producción en serie para el espacio, salvo proyectos como Starlink. Todo lo demás sigue siendo un trabajo muy, muy manual. Lo haces una vez y ya está. Y cuando haces algo la primera vez es muy fácil que vaya mal.
Además, los cohetes son muy inestables aerodinámicamente. No tiene nada que ver con un avión. Estamos hablando de que para alcanzar la Estación Espacial Internacional te estás poniendo a 28.000 km/h. Pero es que si vas a la Luna te estás poniendo unos 40.000 km/h.
Si comparamos esto con la velocidad de un avión comercial, que va a unos 1.000 km/h, da un poco de vértigo.
En 1969 llegamos [a la Luna] con la tecnología justísima, sin tener las mismas medidas de seguridad que se tendrían ahora y la historia podría haber sido completamente distinta.
¿Puedes compartir algunos detalles de tu entrenamiento? ¿Qué parte es la más dura?Lo que no tenemos es rutina. Todas las semanas son distintas. A veces la gente se imagina que el entrenamiento de un astronauta es siempre muy movido, que siempre estamos haciendo cosas súper activas. Pero a veces hay una parte de teoría y de sentarnos en clase y aprender.
En cuanto a los entrenamientos más impactantes, hemos estado en la centrifugadora, hemos hecho entrenamiento de supervivencia en agua. Ahora vamos a hacer entrenamiento de supervivencia en invierno y pronto tendremos vuelos parabólicos, que son vuelos en los que durante 20 segundos no tienes gravedad, para simular que estás en el espacio en microgravedad.
Hemos hecho cursos médicos en los que hemos aprendido a poner puntos o a instalar un catéter.
En la teoría, hemos tenido cursos de historia espacial, de meteorología, de biología, de astronomía, de nutrición, de psicología, de observación de la Tierra… Ahora, como te decía antes, estamos con ingeniería aeroespacial, que eso quizás es lo que más fácil me resulta, porque es como un repaso de mi carrera.
En general, lo mejor es esa variedad que estamos teniendo durante el entrenamiento básico, porque como todos tenemos distintos perfiles, no todos somos expertos en lo mismo. Entonces debemos tener un nivel básico en todo para poder llevar a cabo todos los experimentos en el espacio. Y es apasionante, porque cada día aprendes cosas relacionadas con el espacio, que es lo que a mí más me gusta. Y tan variado que nunca te aburres, siempre tienes algo con lo que alimentar la mente.
A veces la gente se imagina que el entrenamiento de un astronauta es siempre muy movido, que siempre estamos haciendo cosas súper activas. Pero a veces hay una parte de teoría y de sentarnos en clase y aprender.
¿Cómo ha evolucionado la tecnología, especialmente en áreas como la simulación y el entrenamiento virtual, en la preparación de astronautas para misiones espaciales?Este tipo de tecnologías se están implementando bastante. Por ejemplo, se usan en el entrenamiento con el brazo robótico de la Estación Espacial. Sirve para mover módulos o alguna carga que sea muy pesada, o también para mover astronautas: nos ponemos en la punta y nos traslada de un sitio a otro.
El entrenamiento para operar este brazo de 17 metros y 1.500 kilos se hace todo con realidad virtual, ya sea con gafas o en Houston, que hay un simulador en el que se proyecta el brazo. Es una bóveda que es una réplica exacta de la cúpula de la Estación Espacial Internacional, que es la ventana que tenemos al espacio en la ISS.
También hemos usado la realidad mixta, por ejemplo, para el entrenamiento médico. Cuando nos contaban las partes del cuerpo que se ven afectadas por la microgravedad veíamos un cuerpo humano en medio del aula.
Con el traje americano de actividades extravehiculares, en caso de que fallaran los arneses y te quedaras perdido en el espacio, tienes una especie de jetpack que puedes usar para volver a la Estación Espacial. Eso también lo hacemos con realidad virtual. En las simulaciones, estás perdido en el espacio dando vueltas y tienes que intentar volver, entonces te van poniendo casos cada vez más difíciles para que sepas cómo.
El entrenamiento para operar este brazo de 17 metros y 1.500 kilos se hace todo con realidad virtual, ya sea con gafas o en Houston, que hay un simulador en el que se proyecta el brazo.
Basándote en tu experiencia, ¿qué consejos darías a los jóvenes que aspiran a seguir carreras en ingeniería aeroespacial o a convertirse en astronautas?Pues sobre todo animarles, decirles también que hace falta paciencia y perseverancia. Que hoy en día estamos muy acostumbrados a la inmediatez y a resultados inmediatos, y la verdad es que una ingeniería es lo contrario. Es una inversión a largo plazo.
Pero luego tiene muy buen retorno: vas a tener un trabajo apasionante en el que todos los días de tu vida vas a ir a trabajar y vas a aprender algo nuevo.
Así que, sobre todo para las personas curiosas con ganas de aprender, les animaría por eso, porque luego va a ser un trabajo apasionante y merece la pena. Pero paciencia y perseverancia son las claves del éxito para mí.
Hoy en día estamos muy acostumbrados a la inmediatez y a resultados inmediatos, y la verdad es que una ingeniería es lo contrario. Es una inversión a largo plazo.
¿Cómo crees que la exploración espacial puede beneficiar a la humanidad en las próximas décadas? ¿Hay algún objetivo específico o misión que consideres especialmente importante?Creo que a veces no somos conscientes de lo presente que ya está el espacio en nuestras vidas. Cada día interactuamos con muchísimos satélites. Cada vez que abres Google Maps, cada vez que miras la previsión meteorológica, cada vez que ves la tele…
Eso sin tener en cuenta su papel en cuanto a prevención de desastres naturales, ahora mismo somos capaces de monitorizar los incendios en tiempo real en cualquier parte del mundo. Somos capaces de prevenir si va a haber una erupción volcánica como la de La Palma, porque desde los satélites somos capaces de detectar milímetros que se pueda mover la tierra hacia arriba, hacia abajo…
Tenemos muchísimos datos que hacen nuestra vida un poco más segura y sencilla gracias al espacio.
En cuanto a la exploración espacial, a lo que hacemos con humanos en el espacio. La Estación Espacial es un laboratorio con unas condiciones únicas de microgravedad que no se pueden conseguir en la Tierra. ¿Qué supone esto? Que los materiales sin esa gravedad se comportan de otra forma. Nuestro cuerpo reacciona de otra forma.
Por ejemplo, se están haciendo muchos experimentos de desarrollo de medicinas gracias a la cristalización de proteínas. Sin microgravedad puedes lograr cristales mucho más grandes y, por lo tanto, un efecto que jamás lograrías en la Tierra.
También se está estudiando si una célula es menos agresiva en microgravedad o cambia su comportamiento, entender ese mecanismo y conseguir recrearlo en la Tierra haría que pudiéramos desarrollar también quizás tratamientos contra el cáncer. Estoy seguro de que Sara investigará sobre esto cuando se le asigne una misión.
Sí que hay tratamientos ya en fase experimental que se han desarrollado gracias a experimentos de la Estación Espacial para tratar el deterioro de los músculos en determinadas enfermedades.
Y luego tienes la parte de la tecnología. Por ejemplo, la tecnología láser que se usaba para los acoplamientos espaciales en los 80, que tenía que ser súper precisa, funcionar de forma autónoma y monitorizar cualquier pequeña desviación, porque estabas operando algo a muchos kilómetros de distancia. Ahora esa tecnología ha servido para desarrollar las operaciones láser de ojos.
Te pongo cuatro ejemplos, pero podríamos estar años hablando. Porque cada astronauta en los seis meses de misión participa en entre 200 y 250 experimentos distintos.
Por eso es un lugar tan único y para mí es muy importante transmitirlo, porque la gente piensa a veces que vamos allí a pasarlo bien y que estamos seis meses flotando y realmente es muy duro. Cada día trabajas en el laboratorio muchísimas horas y tienes mucha responsabilidad de cara a que esos proyectos y esos experimentos, que se han estado desarrollando durante muchísimos años, se lleven a buen puerto, consigan buenos resultados y que eso tenga un efecto realmente beneficioso para la vida de todos aquí en la Tierra. Ese es el objetivo último de la Estación Espacial Internacional.
La gente piensa a veces que vamos allí a pasarlo bien y que estamos seis meses flotando y realmente es muy duro. Tienes mucha responsabilidad.
Mucha gente está fascinada por la vida cotidiana en el espacio. ¿Podrías describir cómo es un día típico en el espacio para un astronauta?Un día típico en la Estación Espacial Internacional, de lunes a viernes, es bastante estándar: te levantas prontito, tienes una hora para prepararte y desayunar, después tienes una reunión de media hora con Misión de control para organizar el día y luego estás trabajando ocho horas, con un descanso para comer.
Estás haciendo experimentos o haciendo labores de mantenimiento. Y luego cada día tienes dos horas de ejercicio obligatorio que tienes que hacer para evitar que se deterioren tus músculos y huesos por la falta de gravedad. Sin el ejercicio físico no podrías estar seis meses en el espacio, de hecho, no podrías alargarlo mucho más allá de un mes.
Cuando acaba, tienes tu tiempo para cenar y tiempo libre para hablar con familiares.
Los sábados son el día de limpieza y allí todo el mundo se arremanga y tienes que limpiar todo, mirar todos los filtros de aire y dejar todo lo más higiénico posible. Porque al final la ISS lleva ocupada muchos años de forma ininterrumpida, han pasado por ahí muchos humanos y es un entorno bastante cerrado que tienes que mantener limpio.
Los domingos es el día que tenemos más libre y podemos dedicar a nuestras cosas, aunque tanto el sábado como el domingo el ejercicio es obligatorio también.
Una cosa que me preguntan mucho es si la Estación Espacial Internacional huele tan mal como dicen. Yo lo he preguntado porque tenía la misma idea, pero no es verdad. Está todo lleno de filtros de aire HEPA y el olor es bastante neutro. Hay zonas en las que almacenas los desechos y, hasta que te liberas de ellos, por muy bien sellados que estén algo de olor producen, pero en general el aire no huele tan mal como la gente se imagina.
Los sábados son el día de limpieza [en la Estación Espacial Internacional] y allí todo el mundo se arremanga y tienes que limpiar todo.
¿Dónde te gustaría viajar [en el espacio] si pudieras elegir cualquier destino?A ver, vamos a mantener los pies en la Luna. Porque sigue siendo un reto y algo muy complicado, como te he dicho, pero de aquí a unos años, durante mi carrera profesional, creo que va a ser posible. Me encantaría ir.
Puestos a soñar, y sin irnos muy, muy, muy lejos, dentro del sistema solar hay una luna de Júpiter que se llama Ío que a mí me apasiona porque es el cuerpo más volcánico de todo el sistema solar. Y es porque está tan cerca de Júpiter, que es tan grande, que las fuerzas de las mareas actúan sobre toda su corteza y eso hace que sea muy, muy volcánico. Es un sitio que alcanzas temperaturas de -200 grados en algunas zonas y luego tiene los volcanes a 1.700 grados.
Tiene que ser precioso de ver… pero también muy peligroso. Creo que no es un sitio para un humano, pero, puestos a elegir, me encantaría verlo. Tal vez vayan los nietos de nuestros nietos.
[Ío, en Júpiter] Tiene que ser precioso de ver… pero también muy peligroso. Creo que no es un sitio para un humano.
Y, para terminar, ¿qué pasa con Marte? ¿Te atreverías a decirme una fecha aproximada en la que vayamos a ir?Te voy a decir que creo que no es para nuestra generación de astronautas, creo que será probablemente para la siguiente. Espero que me queden por lo menos unos 20 o 25 años trabajando, así que yo pienso que más tarde.
Es muy complicado, todavía hay que aprender mucho en la Luna y, como te he dicho antes, se tarda mucho en ir y mucho en volver, es una misión muy larga y necesitas un equipo muy, muy autónomo y con todo lo necesario para sobrevivir durante tanto tiempo. Mucho peso que tienes que lanzar al espacio y muy lejos…
Todavía lo veo un poco un poco lejos, pero estamos en el camino. Ya llegaremos.
Marte no es para nuestra generación de astronautas, creo que será probablemente para la siguiente. Espero que me queden por lo menos unos 20 o 25 años trabajando.
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