«Yes, no, maybe, I don’t know…». Seguro que te acuerdas del inicio de ‘Malcolm in the middle’, la serie que no solo fue el primer papel importante de Bryan Cranston, sino que lanzó a la fama a un joven actor con cara de pillo que estaba a punto de hacerse un nombre en Hollywood y sería conocido como «Malcolm» durante lustros. Pero, ¿qué fue de él? ¿Qué le pasó a Frankie Muniz?
You’re not the boss of me
Frankie Muniz no era precisamente un hijo de artistas, sino un chaval que creció en Carolina del Norte en medio del matrimonio destrozado entre una enfermera y un restaurador. El soplo de buena suerte en su vida llegaría haciendo de Timmy en una versión teatral infantil de ‘Cuento de Navidad’, porque un ojeador le descubrió a los ocho años y su carrera empezó a despegar.
De hecho, a los quince, y después de pasar por unas cuantas series de televisión, ya estaba preparado para protagonizar el piloto de una nueva comedia para Fox y, al mismo tiempo, una película: ‘Mi perro Skip’. Si no triunfaba, que no fuera por no intentarlo. ‘Malcolm in the middle’ fue un éxito inmediato y absoluto, con más de 15 millones de espectadores por episodio en Estados Unidos, y ‘Mi perro Skip’ no se quedó atrás: costó apenas 4,5 millones de dólares y se embolsó 35,5. No es de extrañar: se estrenó solo una semana después de la serie y la gente tenía curiosidad por ver quién era ese nuevo actor salido de la nada.
Durante ‘Malcolm in the middle’ su carrera fue imbatible: ‘Gordo mentiroso’, ‘Superagente Cody Banks’ (junto a Hillary Duff) y su secuela dieron la impresión de que estaba en todas partes. Tanto, que la sexta temporada de Malcolm fue un fracaso y películas como ‘My sexiest year’ ni siquiera llegaron a salir de festivales muy minoritarios. Después de salir en ‘Extreme movie’, que por algún motivo estaba guionizada por Phil Lord, Christopher Miller, The Lonely Island y Will Forte (y pese a todo era horrorosa), Muniz decidió alejarse del cine por un tiempo para centrarse en su verdadera pasión: los coches de carreras.
Días de trueno
En 2001, a poco de empezar ‘Malcolm in the middle’ (y de cumplir 16 años), el actor condujo el coche de seguridad del Daytona 500 y tuvo la oportunidad de Dale Earnhardt, una de las grandes leyendas del mundo del motor. Unas horas después, Earnhard moriría en un accidente en esa misma carrera. En lugar de tomarlo como un macabro aviso, Muniz siguió en lo suyo: en 2004 participó en su primera carrera seria, la Toyota Pro/Celebrity Race, donde competían famosos contra profesionales. Ganó el corredor de Formula 1 (con nombre tremendamente gracioso) Max Papis pero Muniz entró en un decente séptimo puesto. Por supuesto, esto solo le dio alas. No literalmente.
El año siguiente fue la estrella mejor clasificada, en un honroso tercer puesto. El resto de su carrera como automovilista ha ido desde no clasificarse para la Formula BMW USA hasta quedar dentro del top ten de todas las carreras que hizo en 2009. Después, su interés se fue aminorando, pero pese a todo ha seguido corriendo y hasta este año ha participado en alguna exhibición.
Cuando vio que lo de correr en coches no era lo suyo, decidió probar suerte con la música, más concretamente como batería del grupo Kingsfoil, del que salieron unos cuantos videoclips donde, oh sorpresa, el batería salía tanto como el cantante. Casualidad, seguramente. Dos años después, Muniz dejó el grupo pero se convirtió en el manager del que formaron después, Astro Lasso, que os suena exactamente de lo mismo que Kingsfoil: de nada.
Can you repeat the question?
En 2017, Frankie Muniz confesó su mayor problema de salud: tenía amnesia, y, de hecho no recordaba siquiera los momentos rodando ‘Malcolm in the middle’. Según se rumoreaba, era Bryan Cranston el que le llamaba cada poco tiempo para recordarle lo bien que se lo habían pasado durante aquella época. Más adelante Muniz rectificó y aclaró que no tenía amnesia exactamente, sino simplemente lapsus de memoria provocados por todos los golpes en la cabeza que se dio como adolescente. También ha tenido problemas de aura intelectual, previas a un ataque de epilepsia. Vamos, que todo bien en casa de los Muniz.
Durante estos años apartado de la música y (más o menos) de los coches, el otrora estrella infantil abrió junto a su mujer, Paige Price, una pequeña tienda de aceites de oliva y vinagre en Arizona que terminaron vendiendo durante la pandemia, coincidiendo con el futuro nacimiento del primer hijo de ambos: es reconfortante ver que Muniz haya encontrado la paz en la pareja después de que en 2011 le pillaran con una pistola apuntando a su propia cabeza en mitad de una discusión con su entonces prometida Elycia Marie. Ah, el amor.
A todo esto, no es que Muniz haya dejado de actuar o de ser una estrella. De hecho, quedó tercero en la vigesimoquinta edición de ‘Dancing with the stars’, hizo una parodia de superhéroes en la directa a DVD ‘Pizza man’ y ha encontrado un hueco para aparecer en la tercera parte de ‘Sharknado’, aunque su papel más repetido en series como ‘Harley Quinn’, ‘Predicador’, ‘Los misterios de Laura’ o ‘Don’t trust the bitch on apartment 23’ es el de, bueno… Frankie Muniz. Nadie dijo que volver al estrellato fuera fácil.