Actualidad 27 Sep
Un equipo de investigación interdisciplinario del CONICET estudió la resistencia del organismo unicelular a un contexto marciano emulado. El estudio podría contribuir a comprender la supervivencia en Marte.
El estudio, publicado en la revista Astrobiology, consistió en poner a prueba la resistencia de Scenedesmus dimorphus, un tipo de alga de alta disponibilidad, a condiciones marcianas reproducidas a nivel experimental. El objetivo fue observar la tolerancia del alga a determinadas reacciones químicas y factores oxidativos propios de la superficie marciana.
“Dicha bacteria moría en esas condiciones y pensamos que sería muy interesante evaluar la supervivencia de un organismo, no solo eucariota, sino adaptado a lidiar con condiciones adversas, en particular a la radiación ultravioleta del Sol”, explica Carolina Bagnato, investigadora del CONICET en el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable (IEDS, CNEA).
Así, a fin de analizar la resistencia del alga, el equipo de especialistas emuló la situación contextual del planeta rojo: la temperatura en un día de verano, de aproximadamente 4ºC, la radiación UVC, la proliferación de óxidos de hierro y percloratos, identificados en cantidad en Marte y diferentes medidas de peróxido de hidrógeno.
Posteriormente, a través de técnicas combinadas de espectroscopia de resonancia paramagnética electrónica, espectroscopia de infrarroja y microscopia óptica en cámaras específicas, el grupo de expertos fue capaz de interpretar los resultados de la investigación. “El estudio indica que cierto tipo de organismos, tales como algas unicelulares o microalgas, pueden sobrevivir a las condiciones especialmente oxidantes impuestas por algunas de las características físico-químicas de la superficie de Marte”, asegura Nadal.
El líder de la investigación, Enio Lima, investigador del CONICET en el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología Nodo Bariloche (INN-Nodo Bariloche, CNEA-CONICET) expresó: “Este tipo de resultado puede dar indicio sobre los tipos de mecanismos bioquímicos necesarios para la adaptabilidad de microorganismos en el planeta rojo”.
Matilde Moyano