«Se hizo de la investigación del Tribunal una excursión de pesca»

José Camps, abogado del suspendido fiscal de Instrucción nº2, Laureano Palacios, realizó una serie de apreciaciones en torno a la decisión del Tribunal de Enjuiciamiento de Magistrados y miembros del Ministerio Público de abrirle el jury a su defendido por su accionar en la primera parte de la investigación por el asesinato del exministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Rojas.
En este marco, el abogado defensor consideró que el tribunal “busca construir una ficción política legal sobre un montaje mediático”. Además, cuestionó que el tribunal avance con el proceso a pesar de que dos fiscales se negaron a acusar a su par. En este sentido, dijo que la actitud del organismo estaría violentando la Constitución y generaría presentaciones en su contra en la Corte Suprema de Justicia.
Mediante un escrito, el letrado afirmó que “el Tribunal de Enjuiciamiento se colocó por encima de la Constitución al continuar con el proceso sin prueba y sin fundamentar el apartamiento de la postura del Fiscal General (Alejandro Dalla Lasta), y del Fiscal de Cámara (Miguel Mauvecín), que en funciones de Fiscales del Jury, basando sus decisiones en prueba documentada, consideraron correcto el trabajo del fiscal Laureano Palacios”.
“Se hizo de la investigación del Tribunal una excursión de pesca”, dijo Camps a lo que agregó que “la finalidad es evidente: se busca construir una ficción política legal sobre un montaje mediático, sin importar si esto es verdad o legal, con el único objetivo de mantener vivo un procedimiento de jury mientras sea necesario y conveniente en el marco de un año electoral».
«La maniobra, además de burda, es evidente, pero la verdad siempre aflora”, aseveró.Más adelante, recordó que la Corte Suprema de Justicia de la Nación “sostiene que las exigencias de las funciones de acusar y juzgar se encuentran en cabeza de funcionarios distintos» y que esto «queda completamente diluido si también el Tribunal, en contra del criterio de los fiscales, decide, por sí solo, que se produzca la acusación y la apertura del debate”.

“Fundamentalmente, el principio de imparcialidad implica que el Tribunal que juzga no debe encontrarse comprometido con la acusación que está llamado a resolver”, indicó.

Posteriormente, el letrado apuntó contra el organismo juzgador al señalar que «en contraposición a lo que dictan las normas, la jurisprudencia y la verdad», éste «avanza y corre nuevo traslado al mismo Fiscal del Jury, que no acusó anteriormente, para que vuelva a presentar su postura, en busca de romper su integridad».

En este contexto, para Camps, la actitud del Tribunal generaría tres escenarios distintos:

-Si acusa entraría en su propia contradicción poniendo en duda al Procurador y Fiscal General.

-Si no acusa e insiste en su posición originaria, el Tribunal quedaría nuevamente sin acusación.

-De apartarse en su intervención, debería el Tribunal nombrar un tercer Fiscal y obligarlo a acusar. De hacerlo, lo pondría en contradicción con el criterio del Procurador General de la Corte, el Fiscal General, y un Fiscal de Cámara, poniendo en el proceso en duda la labor de todos ellos en sus funciones, quienes quedarían expuestos a un jury por no acusar.

Posteriormente, Camps consideró que el Tribunal «se encuentra en una encrucijada política, procesal, ética, moral y de verdad, violentando sistemáticamente la Constitución, que justamente fue creada para garantizar el ejercicio de derechos básicos».

En este marco, afirmó que si el organismo aún así se decide avanzar con el jury, «eventualmente una vez culminado un largo proceso recursivo en la Corte Suprema habilitaría procesos de responsabilidad a cada miembro de este tribunal, por haber efectuado un proceso ilegal, arbitrario e ilegitimo» ya que «es jurisprudencia pacífica de la Corte Suprema que la no acusación de los fiscales tiene carácter vinculante para el Tribunal, en fallos como ‘Tarifeño’, ‘Mostaccio’ y el caso local ‘Porfirio’ Acuña».

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