Hablamos con la talentosa drag queen sobre su trabajo en ‘We’re here’ y su fanatismo por ‘Juego de tronos’
Shangela Laquifa Wadley es el nombre artístico de Darius Jeremy Pierce (o DJ, como le llaman en casa), una de las exconcursantes más talentosas y exitosas de RuPaul’s Drag Race y ahora también una de las tres protagonistas del programa We’re Here de HBO Max. Con sus tres caravanas customizadas, cual Priscillas recorriendo el desierto, Shangela y sus compañeras viajan por las zonas más remotas de Estados Unidos para mostrar la realidad LGTBQ+ que existe al margen de grandes ciudades como Nueva York y San Francisco y que no sale en las series de televisión más aspiracionales. ¿Su misión? Tender la mano y utilizar el drag como un elemento sanador y de unión. Las lágrimas, por supuesto, están garantizadas.
We’re Here es, si me lo permiten, una versión muy mejorada de Queer Eye. Y no solo porque tenga a drag queens tan carismáticas como Eureka, Bob The Drag Queen y Shangela, que también, sino porque no vende soluciones rápidas y definitivas a problemas vitales o estructurales como hacen otros makeovers. «Yo me acerco a este programa con vulnerabilidad, honestidad y amor. No soy una terapeuta formada de ninguna manera», nos comenta sobre esto Shangela en una entrevista vía Zoom, «Tampoco somos un programa que traiga a unas hadas madrinas que agitan una varita y, de repente, todo es mejor. Es solo un momento en la vida en el que aparecemos y me siento muy emocionada por poder conectarme con mis drag kids a un nivel muy real y personal y, con suerte, acompañarles en un viaje de autodescubrimiento, que a veces es muy emotivo, y posteriormente en un momento de empoderamiento a través del poder del drag. Lo veo como un tiempo precioso juntos, pero que es solo un pasaje en la vida».
Con esa humildad en el corazón, pero con ganas de ayudar a personas que se sienten solas e incomprendidas, las tres reinas han vuelto a la carretera. Y lo han hecho donde nos quedamos al final de la primera temporada, que tuvo que cortarse abruptamente a causa de la pandemia. «Cuando tuvimos que parar de grabar la primera temporada en Spartanburg, Carolina del Sur, me sentí muy decepcionada porque ya había conocido a mi hija drag, a su familia y su hermano, y sabía que era una historia poderosa y que la gente tenía que verla. Pero vino el covid y tuvimos que parar. Cuando nos enteramos que podíamos volver a Spartanburg… Ya sabes, soy Shangela: me encanta volver. Estaba tan emocionada por retomarlo donde lo dejamos… Durante esa pausa seguí un poco en contacto con mi drag kid y le decía: ‘Nunca se sabe, sigue practicando tu canción, no te olvides’. Fue muy bonito regresar por lo que significó para él y su hermano. Retomar las grabaciones fue complicado; seguíamos en pandemia y había muchas restricciones, pero queríamos mantener el mismo nivel de espectáculo. Y creo que lo conseguimos gracias a todos los que se esforzaron por seguir los protocolos de seguridad para contar historias bonitas».
Shangela, la Daenerys del drag
La carrera más triunfal de Shangela en el concurso de RuPaul fue en All Stars 3, cuando (muy injustamente) se quedó a las puertas de la victoria. En dicha temporada, ella se había autodenominado «la Daenerys del drag» aunque por entonces no sabía cuál sería ni su destino ni el de la reina de Juego de tronos; sin saberlo, ambas estaban avocadas a la fatalidad. Ahora, curiosamente, comparten casa en HBO Max y Shangela no se arrepiente de haberse puesto aquel sobrenombre: «Yo sigo llamándome a mí misma Daenerys Targaryan, la primera de mi nombre, de la casa Wadley, cielo, ¡halleloo! Viendo la serie y viendo mi experiencia en All Stars 3, mucha gente vio similitudes entre ella y yo. Lo que más amo de Daenerys Targaryen es que nunca se rindió sin importar los obstáculos que fue encontrando en su vida; realmente nació del fuego. Ella es una Targaryen, es un dragón. Me encanta eso».
«Yo nunca gané la corona en RuPaul’s Drag Race, pero jamás dejé de sentirme como una reina. Nunca pensé que no lo fuese», afirma con mucha determinación, «Y Daenerys pensó que ella era quien debía estar en el trono. ¿Y qué significa un trono? Es como ganar el premio de 100.000 dólares. Pero estar aquí y ser parte de la segunda temporada de We’re Here, tener el propósito de viajar por todo Estados Unidos y poder inspirar y empoderar a la gente, eso es lo que para mí significa ser una reina. Alguien que es capaz de no rendirse y seguir adelante para ayudar a otras personas. Y creo que ese es el mayor parecido entre Daenerys y yo». Además, advierte bromeando: «Y nunca lo olvides, hay nuevos spin-offs de camino, así que nunca se sabe si ella volverá. Ya sabes que Shangela siempre vuelve, así que ahí puede haber otra similitud».
De Paris, Texas, al mundo
El formato de We’re Here mezcla el makeover con la road-movie y no es difícil imaginar que, tras recorrer la América profunda, fuese fácilmente extrapolable al resto del mundo, especialmente a países donde la situación de las personas LGTBQ+ es incluso más complicada que en EEUU. Preguntada por esta posibilidad, Shangela se muestra muy optimista: «Ya te digo que soy Shangela y nunca sabes qué hay en la caja. Puedo aparecer en cualquier país, ¡halleloo! La respuesta, definitivamente, es que sí, me encantaría. Ahora estamos contando historias a lo largo y ancho de los Estados Unidos más rurales, pero hay personas LGBTQIA+ en todo el mundo, drag queens y la necesidad de aceptación y amor. Creo que hay historias muy potentes en muchos sitios que merecen ser contadas. Muchos pueden ser lugares difíciles, la mayoría, otros divertidos o más acogedores, que necesiten nuestra ayuda».
Pero antes de recorrer el mundo con su programa —ya lo ha hecho con sus espectáculos y, ojo, vivió y estudió un tiempo en Madrid—, asegura que tiene una tarea pendiente con su propio pueblo natal, Paris, una localidad de Texas de unos veinticinco mil habitantes. Nos cuenta que es ahí desde donde hace las entrevistas promocionales de la segunda temporada de We’re Here, concretamente desde la habitación en la que creció en la casa de su abuela, a la que llama cariñosamente grangela. «Volver a mi pueblo me recuerda a muchos momentos de mi infancia. Visualmente no ha cambiado nada, pero sí han cambiado la comunidad y la juventud. Hay jóvenes que han crecido en un mundo donde existe Drag Race y donde el drag y la conversación sobre la comunidad LGBTQIA+ están más presentes».
«Cuando voy por ahí, en vez de sentir que soy el único como yo por aquí, ahora estoy tomando algo en Starbucks y aparece gente por la ventana gritándome «¡Halleloo, Miss Shangela!» y me siento como un niño. La visibilidad importa mucho y a un pueblo como el mío le vendría bien este programa también», comenta. Ese es uno de sus propósitos, hacer un episodio en casa: «En los pueblos pequeños, aún con todo, no sueles tener mucha representación de la comunidad gay, no hay centros de ayuda a las personas LGTBQ+, no hay siquiera bares gays o espectáculos drag… Por eso, es posible que mucha gente siga percibiendo Paris, Texas, como el mismo que era hace 20 años. Si hubiese un espacio donde la comunidad pudiera unirse, tendría un gran impacto, así que no creas que no estoy presionando para que vengamos aquí».
La segunda temporada de ‘We’re Here’ se emite en HBO Max.