Repasamos algunas series en las que hemos dicho: «ese soy yo como padre»
Me ha costado un mundo acabarme Your Honor, la serie de Bryan Cranston en la que interpreta a un juez de Nueva Orleans que hará lo posible por proteger a su hijo, quien comete un atropello mortal y se da a la fuga (y no puedo estar más de acuerdo con la crítica de Aloña). Sin embargo, esta ficción me ha hecho pensar en lo que los padres podemos llegar a hacer por nuestros hijos y en lo mucho que nos vemos plasmados en algunas ficciones.
Es cierto que los guiones suelen estar basados en experiencias de sus guionistas y, por ello, es normal que nos reconozcamos en pantalla como Di Caprio y el meme de Érase una vez en Hollywood. Cranston, en sus muchas interpretaciones, es uno de esos padres de la ficción en los que uno puede verse reflejado, aunque mentir hasta la extenuación por un hijo o ganar dinero con negocios ilícitos como Walter White me parecen extremos que cualquiera podríamos cruzar llegado el momento. Yo al menos me lo plantearía.
El del ADHD
Mencionar a Phil Dunphy de Modern Family es hablar del padre patoso, cariñoso y colega por excelencia. ¿Quién no querría educar a sus hijos como lo hace el personaje de Ty Burrell y salir airoso? Siempre me quedaré con el recuerdo de Phil y su déficit de atención por hiperactividad (ADHD) del episodio 18 de la primera temporada pues, como buen culo inquieto que soy, me vi bastante reflejado en él y el multitasking. Enseñar a tu hijo mientras haces otras tres cosas, a la vez que pones en riesgo tu integridad con una cuarta. ¿Por qué no? Es algo que va mucho con Phil y conmigo.
El de la familia perdida
Imagina que eres un gurú tecnológico obsesionado con el accidente de coche que te hizo perder a tu familia. Una fatalidad de la que te sientes responsable y revives constantemente, así como los recuerdos de tu hija, gracias al big data y la mecánica cuántica de tu proyecto secreto. Es innegable que nunca ostentaré el ingenio de Forest, personaje al que da vida Nick Offerman en Devs. No obstante, algo que como padre me sentí bastante identificado con él es la infinidad de tiempo que me paso viendo fotos y vídeos de mi peque. Atesoramos tantos recuerdos en nuestros dispositivos que es muy difícil no echar una lagrimita y/o sonrisa cuando vemos lo mucho que han crecido.
El de «ni uno más»
Hasta la llegada de Baby Yoda a The Mandalorian no había una mirada más tierna que la del Gato con Botas de Shrek 2. Mira esos ojitos, esos ruiditos tan enternecedores y lo entrañable que es Grogu. No es de extrañar que El Niño derritiera los huesos de alguien tan rudo como un recompensas mandaloriano. El año 2020 nos regaló al dúo paterno-filial más emblemático de la galaxia y las lágrimas de Din Djarin fueron las lágrimas de todos. Imposible no quebrarse en ese momento, no solo como padre sino como persona. No obstante, la parte de la serie de Jon Favreau en la que más reflejado como padre me he sentido fue el capítulo La Pasajera. Calmar ese ansia de los críos por comer algo que les encanta es mi/nuestra guerra diaria como padres, aunque siempre acabamos con la ya mítica frase «uno más y se acabó». Como si fuera a ser así de fácil.
El de «te toca a ti»
Es imposible no verse reflejado en las situaciones que Berto Romero plantea en su serie Mira lo que has hecho. En cualquiera de las tres temporadas hay innumerables momentos por los que todos los padres primerizos hemos pasado y con los que nos hemos reído al verlas en la serie. De entre todas ellas, me quedo con la guerra nocturna entre los personajes de Berto y Eva Ugarte por ver quién se levanta durante la noche a atender al niño. Os lo cuenta uno que durante las tomas nocturnas sufría por seguir despierto para ayudar en lo que fuese y que, a día de hoy, duerme entre la cama propia y la de su hijo cuando hay pesadillas. Sí, perdí esa batalla.
El del fin del mundo
Allá por el año 2010, cuando se estrenó The Walking Dead, no tenía el menor atisbo de que en un futuro cercano sería padre y, menos aún, de que diez años después una pandemia mundial iba a asolar nuestro planeta. Dicen que hasta que no nace un hijo no sabes lo que es el miedo y una vez que nacen vives y lidias con él diariamente. Una década después, no puedo sentirme más identificado con Rick Grimes en el primer episodio de la serie de los caminantes. He llegado a tener pesadillas ideando en cómo lo haría yo si me encontrara en su situación, si tuviera que ir en busca de mi familia o, en el peor de los casos, estuvieran separados y tuviera que elegir. Ahora solo me queda preparar una mochila del fin del mundo como Sheldon Cooper.