El estreno de Them en Amazon resucita el fantasma de la extrema violencia en la ficción
Este artículo contiene spoilers de la serie Them
Amazon Prime Video tiene entre sus contenidos una de esas series que podría marcar el discurso seriéfilo. Se trata de Them, un thriller social con tintes de terror que narra lo que le sucede a los Emory -una familia negra proveniente de Carolina del Norte- durante los diez días siguientes a su llegada al vecindario blanco de East Compton, en Los Ángeles. La serie se sitúa en los años 50, durante la etapa conocida como La Gran Migración, momento en el que muchas familias negras decidieron abandonar el sur en busca de lugares menos racistas al norte y, por tanto explora la discriminación racial. Sin embargo, la ficción ha causado cierto revuelo en redes sociales por un asunto, y un episodio, en concreto: la queja por la excesiva violencia.
Desde el mismo fin de semana de su estreno, Little Marvin y Lena Waithe -creador y productora, respectivamente- fueron recriminados en las redes por la extrema crudeza que la serie muestra con la familia Emory para retratar ese racismo. Y, en particular, se abrió el debate a causa del episodio cinco, que contiene una escena especialmente violenta que sufre el personaje de Lucky Emory, interpretado por Deborah Ayorinde. Como suele suceder en las ficciones que abusan de la violencia en sus historias, al inicio del episodio ya se nos advierte de que lo que vamos a ver puede herir la sensibilidad del espectador. Al mismo tiempo, nos emplaza a ver los extras de la serie en los que la actriz y el creador hablan del porqué de esa escena y la necesidad que tenían de que se desarrollase así para que la historia fuese tan creíble.
La violencia como medio para la creación
¿Tienen sentido las críticas vertidas sobre la excesiva violencia mostrada en Them? Si nos ponemos en la piel de las personas afroamericanas, que soportan desde que el mundo es mundo toda clase de racismos y vejaciones, la respuesta es un sí rotundo. Como se puede apreciar en la serie, es un grupo social al que, por el simple hecho de que su piel sea de color diferente, se le cobra más caro cumplir el sueño americano. Un sueño relacionado, entre otras cosas, con la propiedad inmobiliaria que muchas veces se tornó en pesadilla y lo sigue haciendo. Es algo que trata de poner sobre la mesa la serie, pero eso no evita que a los creadores de la serie, al igual que a otros autores negros, en ciertos sectores se les denomine «artistas negros burgueses que utilizan el trauma negro para dar a su trabajo una profundidad que son incapaces de proporcionar».
Si además, con todo lo que Estados Unidos está viviendo con el movimiento Black Lives Matter, la serie pone ante el espectador una escena tan cruenta como la del quinto episodio no es de extrañar que tenga comentarios tales como este que escribía un usuario en Twitter: «Es propaganda para terroristas blancos y fetichistas de la tortura de la pornografía. Hay una gran diferencia entre el miedo y el asco. La serie es repugnante».
No obstante, visto desde la óptica de los artistas, podemos comprender su perspectiva como creadores de historias que sean provocadoras, ficciones con un mensaje hacia el espectador que le hagan comprender el porqué de sus creaciones y las decisiones tomadas. «Lo que me gustaría es que la gente vea la serie entienda que la palabra segregación no es una palabra del pasado, cuando lo cierto es que la vivimos cada día», argumenta Marvin. Desde finales de los sesenta, y tras la Guerra de Vietnam, la ficción dio un giro hacia la violencia retratando a una sociedad que albergaba cierta oscuridad en su interior y que desde el año 2000, es una constante en muchas de las series que degustamos.
Lo hemos podido ver en series como Los Soprano, en la que pocas situaciones se resolvían mediante una afable conversación, o en otra de las series de HBO, Juego de Tronos, en la que la violencia también era una constante. Fueron series provocadoras y éxitos absolutos de ficción que, al igual que Them, tuvieron sus momentos de crítica y repulsión por parte del público, e incluso abandonos por ello totalmente respetables.
La mujer en el centro de la violencia
Cuando se trata de remover al espectador con la violencia visual no hay nada tan impactante como una violación o una muerte infantil, y ambos sucesos se dan en el episodio cinco de la serie creada por Little Marvin. «Lo que quiero que la gente entienda es que los traumas son reales. Necesitaba una escena que atravesara la pantalla, cogiera al espectador por la yugular y lo obligara a enfrentarse con una historia de violencia contra cuerpos negros», decía el autor. Asimismo, Deborah Ayorinde, quien reconocía haber interpretado la escena más dura que le había tocado hacer como actriz, se pronunciaba así sobre la misma: «Para mí, era muy importante que esa escena en particular fuera tan cruda, honesta y trágica como fuera posible porque quería que los que hubieran tenido una experiencia parecida sintieran que los veían, escuchaban y creían. No quería que fueran silenciados». Quedan una actuación y una escena lo más realistas posibles que no hacen más que justificar el trabajo de una actriz y un creador en su búsqueda por ofrecer un contenido de calidad al espectador.
La controversia recuerda a la que levantó la segunda temporada de El cuento de la criada, en la que muchos espectadores, sobre todo espectadoras, vieron que se cruzaba la línea entre denuncia y pornografía de la tortura. Por ello, es comprensible la alta tasa de repulsa y abandono que producen las series en el público femenino cuando nos encontramos ante la violencia tan real y dolorosa como la violación. Existe un lugar común al que recurrir cuando la conversación versa sobre la violencia audiovisual femenina: Quentin Tarantino. Mientras que unos alaban que reinventase la Historia acabando a tiros con Hitler en una sala de cine o reventando a golpes al séquito de Charles Manson en Malditos Bastardos y Érase una vez en Hollywood, respectivamente, otros ponen el grito en el cielo por el trato tan vejatorio que su cine ofrece de las mujeres. Precisamente se ha esgrimido al director americano como referencia para justificar, y a la vez criticar, la reciente polémica que suscitó la serie española Sky Rojo por la frivolidad con la que se trata a las mujeres, la prostitución y la trata de personas. Es comprensible la incomodidad que rezuma Sky Rojo al espectador, pero tratándose de una serie pulp, en la que los códigos narrativos abrazan los desnudos, sexo explícito o negocios ilícitos con el fin de entretener y causar sensacionalismo, ¿no estamos exigiendo a sus creadores que justifiquen el uso de la violencia en una obra de ficción cuyo estilo es violento?
Está claro que cuanto más real sea la violencia que se utiliza en las series, más se nos removerán las tripas y mayores serán las probabilidades de que las abandonemos. Sin embargo, soy de los que cree que el trabajo bien representado y creado por artistas produce grandes historias. Y Little Marvin y Lena Waithe han logrado tener a Them en el punto que querían para ser una gran serie.
‘Them’ está disponible en Amazon Prime Video.